Barranquilla 04 de Octubre de 2010

En Barranquilla la lluvia marcó una huella con nombre propio; “Don Juan” y “Soledad” hicieron de nuestro recorrido una travesía que nos confrontó con la realidad y a su vez fue la excusa para construir un diálogo con Don Virgilio Segundo, un personaje inolvidable de piel y risa caribeña cuya voz retrató en nuestras memorias un paisaje diferente al de los caóticos arroyos*.
Paso a paso las calles fueron cómplices de nuestro transcurrir y como preguntando se llega a Roma también llegamos al MAMB (Museo de Arte Moderno de Barranquilla); el encuentro de territorios no se hizo esperar -allí siguiéndole la pista- estaban los mediadores expectantes de nuestra llegada. Llenamos de color y sabor del Pacífico aquel lugar vestido de blanco y en él se dieron a la fuga las emociones, las ideas y las razones para estar allí, escuchándolos decir: “Proyectar el arte en diferentes espacios”, “intuición…”, “misticismo”, “el arte como una de las necesidades del ser humano” y “perder el miedo al arte”, estas fueron algunas voces con las que se inicia la composición de la melodía: M E D I A C I Ó N.
*Término con el que se conoce al desbordamiento de las aguas hacia las calles en la ciudad de Barranquilla, según Don Virgilio.