Barranquilla 06 de Octubre de 2010



De nuevo la red de afectos continuó tejiéndose en manos de los mediadores barranquilleros; paso a paso y cada vez que la música dejaba de sonar, entre puntos y puntos de colores el tejido se hacía cada vez más impreciso, más colorido y más inmenso, inmensidad de la que nadie pudo enajenarse.
“El Fiasco” a todos enloqueció en el estreno de su melódica composición “Un Boceto de Picasso”, donde aquella serpiente que acompañaba la rima en el verso, terminó siendo heroína  de un pantalón colonizado; los “Nómadas” no tardaron en llegar; varios, vestidos de oro decidieron mirarse al espejo mientras desnudaban sus cuerpos de aquel precioso metal, otros mojados de negro y de blanco caminaban sin prisa disfrutando de la brisa del lugar y conduciendo a la iglesia por donde debería pasar, hasta a aquella “ciudad de inmigrantes”.