BARRANQUILLA - SONIDOS ECOS Y SILENCIOS

La noche aturdía a quienes intentaban dejarla en silencio,  y ella en su intención por no sentirse solitaria insistía -cada vez más- en hacer ruido, provocando a los mediadores la captura de todos sus ecos, sonidos y silencios que lograran convertirse en experiencias estéticas. La calle fue cómplice de sus pesquisas, susurrándoles a los oídos y a la piel: “el sonido de los árboles”, “de las ranitas alarma” y muchos otros que orquestaban la noche.
Al retorno, la búsqueda se transformó en experiencia de MEDIACIÓN, componiendo canciones, poemas y performance que transmitieron en una onda expansiva las emociones y sensaciones vividas en el escenario callejero.