“Son – Idos con todos los sentidos a flor de piel”

Ondas sonoras longitudinales golpeaban los sentidos, la ciudad amurallada hizo tributo a sus historias bicentenarias y a sus actuales imaginarios a través del intérprete órgano auditivo; el sonido perturbante y mecánico hacía de la ciudad un espacio elástico lleno de sensaciones, de aquel que pasaba almirante de las calles, de aquel que siempre había estado en ellas y de nosotros nuevos interruptores de sonidos, ecos y silencios.
Los mediadores salieron a las calles como quien nunca ha escuchado nada y de un momento a otro empieza a hacerlo, vírgenes ante el sonido fueron cúmulo de todas las vibraciones producidas por él y memoria de todos sus contenidos; el rastro del sonido se hizo material al punto que convivir con él se hizo cada vez más hiperreal, tanto que ver, escuchar y sentir permitió vivenciar el silencio de una ciudad llena de ecos.
Por último en nuestro lugar de encuentro los ecos de aquellos sonidos se hicieron visibles en la palabra, los mediadores cargados de sensaciones desbordaron sus premisas en poéticas narrativas y tomaron del ritmo de las calles metáforas inundadas de simetría.