JUEVES 16 DE SEPTIEMBRE DE 2010 – SONIDOS, ECOS Y SILENCIOS, ARCHIPELIA

La mesa estaba dispuesta para ser ocupada; los sentidos fueron invitados a participar, en especial los oídos. Este era el día en que la relación del cuerpo con los espacios se reinterpretaría a través de la exploración sensorial. Apareció frente a los mediadores una imagen sin colores, la cual pedía ser intervenida y de allí nacieron recintos insospechados que, desde la imaginación, redefinieron la forma de ver, de observar. Nombres como “En la sombra descanso”, “Introspección”, “Vacío”, “Obreros” y “Ven te regalo una flor”, denotaron laexistencia de la imagen intervenida que ahora era una nueva ilustración, un nuevo espacio.
Transcurrió la mediación y ahora se debía anular por un momento la vista para darle paso a un sentido que a veces olvidamos, la audición.  Con los ojos cerrados, los mediadores debían escuchar atentamente lo que por sus oídos atravesaba y darle a ese sonido un cuerpo gráfico. Las primeras voces se escucharon: Eso son unos caballos, las olas del mar o una plaza llena de caballos; al momento de develarse la verdadera fuente del sonido, la sorpresa fue mayúscula al observar que  los sonidos, que creían naturales, provenían de una multitud de personas perfectamente coordinadas para producir sonidos con su cuerpo; se rompieron paradigmas y se abordó  la dimensión del cuerpo como un instrumento musical.
La exploración sensible no se detuvo allí; era el momento de buscar SONIDOS QUE HICIERAN ECOS; se agruparon e hicieron diferentes recorridos para capturar los sonidos del espacio – Quinta de San Pedro Alejandrino- para representar los sonidos con imágenes. Se abrieron los ojos, los oídos y la piel, como las puertas de entradas al cuerpo; por allí transitaron toda clase de sonidos desde el máximo hasta el mínimo, del más cercano al más lejano, del más grave al más agudo. Estos sirvieron de insumo para la creación sonora; al final de la jornad a  quedaron en la memoria las composiciones de grupos como Tutti Frutti, Garabato Sound Sistem, y Champe Flow.
Los sonidos retumbaron como ecos y los silencios ya no eran vacíos; todo se transformó en una sinfonía armónica que deleitó los sentidos.